El Jurado Electoral Especial (JEE) de Pacasmayo me ha acusado porque un trabajador del Congreso usó indebidamente una cámara en un evento político de Fuerza Popular en Huanchaco, Trujillo.

​Huanchaco está en la jurisdicción del JEE de Trujillo. Pero sin importar eso, el JEE de Pacasmayo es muy activo y está intensamente preocupado en cautelar los bienes del Estado, por lo que se avocó instantáneamente al caso.

​Según el JEE yo debo ser una especie de guachimán, las 24 horas del día, de los centenares de oficinas del Congreso desperdigadas por el centro de Lima. Si algo sale sin autorización para un uso impropio, el culpable soy yo. Si alguien saca un engrapador o una laptop, el culpable soy yo. Peor sería, supongo, si se produjera un robo. En ese caso merecería, presumo, no menos de cadena perpetua.

​Porque ese empleado, pidió licencia sin goce de haber ese día, y luego retornó la cámara. Apenas se conoció la situación, se activó la comisión que investigará y sancionará administrativamente esa falta -es el proceso regular-, independientemente del posible proceso judicial y del hecho que el trabajador renunció.

​La tremenda corte dice en su acusación que, como máxima autoridad administrativa tengo “el deber ineludible de disponer y garantizar lo necesario para el correcto uso de los bienes físicos al servicio del Congreso”.

​Y me responsabiliza por “conducta OMISIVA cuando la autoridad no cumple su función y PERMITE que se ejecute una conducta prohibida, utilizando recursos bajo su custodia”.

​Permitir, dicen. Según el diccionario RAE, permitir significa “dar su consentimiento para que otros hagan o dejen de hacer algo”. Por supuesto, yo no di mi consentimiento para que el trabajador usara esa cámara. El JEE ni siquiera intenta demostrar esa ridiculez. Simplemente lo da por hecho porque le da la gana, sin evidencia alguna

​Como bien dice mi abogado, Ernesto Blume, en la respuesta al JEE, para que exista una infracción a la neutralidad electoral, la norma establece “que la conducta ocurra en una actividad oficial o en el ejercicio de función propia o que la autoridad invoque su cargo para influenciar el voto”. Yo no estuve en Huanchaco ni oficial ni extraoficialmente.

​Además, la norma establece que se viola la neutralidad, cuando se practican ACTOS que favorezcan o perjudiquen a determinada organización política.

​ Y a mi me acusan por “omisión”, por no ser guachimán de las oficinas del Congreso, no por algún acto realizado.​

El Tribunal Constitucional ya estableció que “la responsabilidad no puede derivarse de la mera posición jerárquica ya que debe acreditarse la conducta propia, individualizada y relevante jurídicamente” (01553-2023).

​En resumen, una acusación absurda.

​Los JEE están conformados por un juez que lo preside, un fiscal y un ciudadano. Todos conocen la situación del sistema judicial y el sesgo político -por decirlo suavemente- que lo impregna.

​El asunto es ¿las elecciones están en manos de instituciones como el JEE de Pacasmayo? ¿Los otros serán iguales o parecidos?