Valla o no valla

Actualmente se discute en el Congreso las reglas para la nueva elección del Parlamento bicameral. Un tema controvertido es el de la valla electoral, es decir, qué requisitos tiene que cumplir un partido político para acceder al poder legislativo.

​De lo que se trata es de evitar una excesiva fragmentación, teniendo en cuenta que probablemente competirán más de 40 partidos. Sin ninguna valla, podría haber muchos grupos que puedan obtener, por ejemplo, uno o dos asientos en la Cámara de Diputados, y nada más. Y otros, uno o dos asientos en la Cámara de Senadores. El resultado sería una situación caótica en la que la ya débil democracia podría sucumbir.

​La propuesta que está en debate consiste en exigir que un partido, para poder ingresar al futuro Congreso necesitaría sacar por lo menos 5% de los votos válidos en sus listas de diputados y 5%  de votos válidos en sus listas de senadores. Además, obtener por lo menos el 5% de las curules en la Cámara de Diputados (7 asientos) y 5% de las de la Cámara de Senadores (3 asientos).

​Si no supera esas cuatro vallas, no ingresa al Congreso y pierde su inscripción.

​En verdad, no es mucho lo que se pide si queremos tener partidos realmente representativos.

​En teoría, con estas vallas, podrían ingresar hasta 18 partidos al Congreso. Por supuesto, en la práctica, serían menos. Pero aun así, posiblemente serían 8 o 9, lo cual ya es excesivo. Porque si tenemos en cuenta la realidad, que la mayoría de los denominados partidos son, en verdad, agrupaciones disímiles propensas a dividirse, muy pronto podría haber 14 o 15.​

​Lo razonable es, entonces, poner una valla no tan alta, con los cuatro componentes mencionados, pero que por lo menos evite una exorbitante parcelación que termine liquidando la muy precaria democracia.

​No obstante, hay mucha oposición en el actual Congreso, a aprobar una valla como la propuesta.

​Se dice, equivocadamente, que muchos ciudadanos no tendrían representación. Es decir, los que votan por grupos pequeñísimos, que no lograrían asientos en el Congreso, no se sentirían representados. Eso ocurre en todas partes del mundo donde existe el sistema proporcional de elección, y hay partidos que se quedan fuera. Y no constituye un problema.

​Pero lo más importante es que, en la realidad peruana, no existen identidades partidarias fuertes. Es decir, los que votan a un partido –con pocas excepciones- no tienen fidelidad a ese partido, que usualmente no tiene ideología ni programa definido. El hecho que un partido insignificante, que no puede superar la valla, desaparezca, no afecta en absoluto la democracia. Al contrario, la fortalece.

​Muy pronto habrá que decidir, y es de esperar que prevalezca la sensatez.

​Otrosí digo. También está pendiente de aprobación el dictamen que propone conservar las cédulas de votación 90 días y entregar un acta en custodia a las FFAA. Si no hay nada que ocultar ¿por qué se oponen a más seguridades?

Published On: November 4, 2024Categories: Columnas0 Comments on Valla o no valla

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