¡Así se hace!
El exitoso operativo policial en la Vía Expresa, donde se abatió y capturó a varios forajidos, muestra la manera de enfrentar a una delincuencia cada vez más violenta.
Los malhechores fueron identificados y ubicados por los investigadores de la División de Robos de la Dirección de Investigación Criminal (Dirincri). Y en la acción, los enfrentó la Suat, una excelente unidad de combate urbano de la Policía Nacional.
Esa combinación del trabajo de detectives y grupo de combate es especialmente necesaria hoy día, dado el descontrolado aumento de la criminalidad y el incremento monstruoso de la violencia, debido sobre todo al ingreso de miles de delincuentes venezolanos desde 2016.
Ahora la situación de la PNP es algo mejor, pues el Congreso ha aprobado varias leyes para proteger a los policías del ensañamiento del caviarizado sistema judicial. Normas que, por supuesto, fueron objetadas y criticadas por comunistas y caviares, dentro y fuera del Congreso, pero que están vigentes.
No obstante, jueces y fiscales siempre encuentran la manera de perseguir a los policías para tratar de evitar que enfrenten con decisión y energía a la delincuencia. Por ejemplo, el policía Elvis Miranda, que en Piura abatió a un delincuente que acababa de cometer un robo, luego de un largo proceso, ha sido absuelto de responsabilidad penal. Pero le han impuesto una reparación civil de veinte mil soles a favor de los familiares del delincuente.
Ahora, de su magro salario, le están descontando una parte para beneficiar a los parientes del malhechor. Hay otros cuatro casos similares de policías. En el Congreso hay un proyecto de Patricia Juárez que debería votarse de una vez para corregir ese absurdo.
La Suat, sin embargo, ha sido duramente golpeada en los últimos años. Un oficial de la policía, Franco Moreno Panta, inventó una historia: la existencia de un supuesto escuadrón de la muerte que abatía delincuentes. Lo hizo porque el 2012 la Suat, en una operación en Puente Piedra, mató a varios facinerosos que se preparaban para perpetrar un secuestro, entre los cuales estaba un hermano de Moreno, teniente de la PNP.
En 2016, los caviares que controlaban el Mininter, se sumaron a esa falsa denuncia, y en contubernio con el fiscal Álvaro Rodas y jueces prevaricadores, han procesado -y en algunos casos sentenciado a 35 años de prisión- a más de 60 policías de Suat y otras unidades. (Ver en esta columna “PNP acorralada”, 23/10/23; “Policías perseguidos”, 23/11/23; “Elvis a prisión”, 24/5/24).
Una de las consecuencias de esa inventada acusación, ha sido que los EEUU, que ayudaban a la Suat con entrenamiento y equipos, han suspendido la colaboración. Y en la propia PNP les han quitado recursos y hasta armas indispensables para el cumplimiento de su misión.
En síntesis, el exitoso operativo de la semana pasada en la Vía Expresa, debe ser replicado. La Suat debe ser fortalecida y sus efectivos injustamente perseguidos, absueltos y reivindicados.
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